El colocar alambradas cortando el cauce de arroyos y ríos es, por desgracia, algo frecuente en nuestra comarca.
Generalmente se hace para impedir que el ganado de la finca por la que pasa el río o arroyo escape; es el mismo procedimiento que se usa para cortar ciertos caminos cuando estos cruzan una finca y el propietario se ahorra el alambrar a ambos lados del camino, o del arroyo, como ocurre en este caso.
Además de impedir el libre tránsito por el cauce supone un riesgo para los animales (no sólo los salvajes, sino también para los domésticos) que se pueden quedar trabados en las alambradas y mallas, como queda patente en algunas de las fotografías. Pero, sobre todo, el principal peligro reside en que en estos lugares se depositan restos traídos por el río, que si se suman a los que se pueden depositar en algunos vados y puentes, suponen una barrera en la que el agua se acumula y puede provocar destrozos aguas abajo cuando se sobrepase la capacidad de retención de la barrera.
Las mallas y alambradas encontradas en un corto trayecto del arroyo Navaluenga (desde el puente de la carretera de Torrecampo a Conquista hasta dos kilómetros aguas abajo) son sólo un ejemplo de una mala práctica, que nos recuerda que, hace ya bastantes años, el agua "embalsada" por los restos retenidos por una alambrada, al romper esta barrera se llevó un pequeño puente que cruzaba el río Guadalbarbo.
Zona con alambradas cortando el cauce del arroyo Navaluenga
Ver Alambradas en el arroyo Navaluenga en un mapa más grande
El caso más llamativo es la triple barrera que supone la alambrada, malla ganadera y malla de rombos que hay en el puente.
Guadamatilla