Posible aspecto del nuevo escudo |
Aspecto de la Plaza del Pozo Viejo para adecuarla al nuevo escudo |
¿En qué se basa la pregunta que encabeza esta entrada y nuestras extrañezas? Pues en la relación (mala) que desde antiguo mantienen nuestros ediles con los árboles.Parece que a los regidores de Pozoblanco se les habla de árboles
y es como si les mentara a Belcebú.
En Pozoblanco, desde hace ya varios años, cada vez que se
arregla una calle, una avenida o incluso un parque, supone la merma, cuando no
la eliminación, de los árboles presentes. Hace varios años se eliminó, con la
oposición de los vecinos, uno de los cuatro tarajes que había en el paseo de La Herradura, aduciendo que
estaba enfermo, aunque el corte no demostraba tal circunstancia. Posteriormente
se hizo la remodelación total del citado paseo, se eliminaron todos los
tarajes y resto de plantas que quedaban y fueron sustituidos por unos bonitos “arbustos”
a franjas blancas y verdes que posteriormente también fueron “talados”.
La remodelación del jardín situado al lado del Parque de
Educación Vial también sufrió una merma importante en sus efectivos arbóreos cuando
se remodeló.
En el paseo de Los Llanos otros cuantos árboles ya muy
desarrollados cayeron (eso sí, sustituidos por los muy utilizados actualmente “chupa
chups”)
En el arreglo de la calle Mayor, los árboles sucumbieron, lo
que dio lugar a una carta de protesta en la prensa de alumnos del IES Los
Pedroches, y fueron sustituidos (¿) por maceteros que cumplen la misma función que
la hojita de perejil encima de una rodaja de merluza. Todo ello sin contar los
árboles aislados que son cortados en algunas calles aduciendo problemas en las
viviendas.
Otro “arboricidio” tuvo lugar en la calle Jacinto Benavente,
en la que durante el arreglo de la calle se cortaron las moreras y se
sutituyeron, de nuevo, por “chupa chups”.
Corta de las moreras en la calle Jacinto Benavente |
En esta ocasión le ha tocado a los árboles que hay cerca de la
ermita de San Gregorio, en la calle de su mismo nombre. ¿Motivo? Nosotros no lo
sabemos, pero apostamos que de forma extensa y redundante, pero casi seguro que
carente de argumentos razonables, se tratará de justificar.
Se acostumbra zanjar la cuestión diciendo que si se cortan
árboles también se crean nuevos jardines o se realizan plantaciones. Pero aquí
hay una pequeña trampa, ya que los jardines que se están haciendo últimamente
obedecen mucho a la moda de los espacios libres. Tienen escasa vegetación y si
ésta existe es de tipo arbustivo, anual o de árboles de pequeño porte: en
nuestro pueblo hay un auténtica obsesión por la plantación de palmeras y
palmitos (muy típicos de nuestra zona, por cierto) Palmeras y palmitos (a pesar
de lo caros que son) se adecuan a la perfección a los planes políticos que
tienen siempre una perspectiva a corto plazo; si plantas un árbol como un almez,
un plátano o un cedro es seguro que en una ni dos legislaturas se van a ver muy
bonitos, pero un palmito o una palmera, a pesar de su precio, se rentabiliza
casi al momento: se plantan y ya lucen esplendorosos. Y en cuanto a las
plantaciones que se pueden hacer fuera del caso urbano desgraciadamente las
pérdidas de árboles plantados son notables, bien por falta de cuidados, bien
por la escasa idoneidad del terreno o de la planta. Como anécdota podemos
destacar que, hace ya varios años, los alumnos de dos institutos de la
localidad solicitaron reponer los plantones que se habían pedido en la
reforestación que se hizo en el antiguo basurero y escombrera; tras estar varias
horas sembrando nuevas plantas (encinas) en los huecos, al día siguiente se
permitió la entrada en la parcela de un rebaño de ovejas que dio buena cuenta
de lo plantado.
Frente a esta actitud sólo cabe recordar de nuevo, que
desarrollo sostenible (de lo que habla la Agenda 21 que hace algún tiempo se elaboró) es
hacer compatible el desarrollo (el arreglo) con la conservación (de los
árboles); que desarrollo sostenible es sumar (calle arreglada y árboles
presentes), mientras que desarrollo a secas no sólo no suma si no que puede y
suele restar (calle arreglada pero sin árboles).
De todas formas, la cuestión de los parques y jardines en
los pueblos y ciudades parece que entra más dentro de las competencias urbanísticas
que de medioambiente y en esas cuestiones urbanísticas ya sabemos lo “competentes”
que se muestran los ayuntamientos: en Pozoblanco ejemplos tenemos que han
dejado buena muestra de la valía de muchos y donde tienen puestos los intereses
algunos.
En fin, que si nosotros fuéramos árboles nos echaríamos a
temblar.
Cuando no vayan quedando árboles, ¿le tocará el turno al del
escudo de Pozoblanco? ¿Perderá el de GUADAMATILLA sus encinas? ¿Pasará lo
mismo con los logotipos de, por ejemplo, Adroches o Fundación Ricardo Delgado
Vizcaíno, que también poseen encinas?
¿Quedará así nuestro escudo? Lo peor es que además se "irían" las grullas |
Tiempo al tiempo.
nlp.