martes, 25 de agosto de 2015

El valor natural de Los Pedroches IV



Para dar por finalizada esta serie, me voy a permitir (lo usual sería decir “me van a permitir”, pero veo difícil que alguien no me lo permita) recordar algunas anécdotas que pueden reflejar las distintas percepciones que de la naturaleza (y de su valor) de Los Pedroches se tiene.
En la jornada de clausura de las “II Jornadas sobre Explotación y Conservación de las Dehesas”, que organizamos allá por el año 1.991, fuimos a comer al Santuario de la Virgen de Luna, donde, entre otras viandas, nos esperaban dos jamones de cerdo ibérico que había aportado Miguel Cabrera y Rafael Muñoz. A esas jornadas asistieron algo más de un centenar de personas que se había desplazado desde diversos lugares de España y también de Marruecos y Portugal. La mayoría de los participantes, antes de comer, se dio un paseo por los alrededores del santuario; como desde la cuesta a cuyos pies está éste se observa una gran extensión de dehesa, allí la concentración fue mayor. Pues, aunque para muchos resulte difícil de creer, costó “sangre, sudor y lágrimas” dirigirlos hacia la comida (ni el jamón era reclamo); algunos parecían haber sufrido el síndrome de Stendhal, y eso que la gran mayoría eran estudiosos de la dehesa (o, cuando menos, interesados en ella)
Hace ya algunos meses asistí a una reunión, en el paraje de San Martín, promovida por el CIT de Los Pedroches; en la mesa en la que me tocó estar, al margen de que algunos integrantes se interesaran más por sus negocios que por un programa conjunto, hubo también algunas personas que a la hora de promocionar los valores naturales de Los Pedroches, sólo contemplaban la dehesa. Algo parecido ha ocurrido en otras reuniones más recientes a las que asistieron empresarios relacionados con el turismo (fundamentalmente rural), empresas relevantes de la comarca y entidades supralocales. Creo que ha quedado patente que Los Pedroches tienen otros valores naturales además de la dehesa (si bien desde el punto de vista económico, histórico y social, ésta se lleva la palma)
A este respecto, recuerdo un ensayo de Stephens Jay Gould que aparece en su libro “La sonrisa del flamenco”. En él se refiere a los trabajos paleontológicos del reverendo William Buckland, (1784-1856), y a cómo Buckland trataba de conciliar sus dos mundos: geología y religión. Este paleontólogo hizo un buen trabajo empírico sobre las cuevas y su fauna asociada y ajustó toda su teoría a la acción del diluvio universal relatado en la Biblia (la teoría diluvialista era predominante entonces) Gould nos dice que Buckland estaba razonando al revés: “partiendo de una creencia previa para llegar a una conclusión empírica”. A veces me parece que estamos asistiendo aquí a algo parecido: negamos, olvidamos o no vemos la riqueza en paisajes, en ecosistemas, de Los Pedroches, porque ajustamos nuestras percepciones sólo al ecosistema por el que hemos caracterizado la comarca, a pesar de que hay pruebas que avalan que tenemos “algo más”.
En la reunión del CIT ya citada, ante un comentario sobre la escasez de superficie protegida en la comarca y el valor añadido que supone para atraer turismo (creemos que de calidad) el que haya una figura de protección, la alcaldesa, ya extinta, del único municipio de Los Pedroches que alberga un parque natural, se lamentó de que ya eran demasiados espacios protegidos y que tal circunstancia es un problema más que un beneficio (no argumentó cuáles eran los perjuicios)
Y para terminar, queda recordar un editorial del antiguo “Jaramago” (año 2010; nº 14) en el que dábamos cuenta de las impresiones que habíamos tenido de una reunión que se celebró el 5 de marzo de ese año, en Villanueva de Córdoba, para presentar la Asociación de Defensa de la Dehesa, ADHESA. Decíamos entonces en el “Jaramago” que esta asociación “ha nacido al calor de la futura Ley de la Dehesa, que pretende promover la gestión de la dehesa, fomentar el desarrollo económico y la mejora de la calidad de vida de la población del medio rural ligada a la dehesa, …”  Seguía: “Dependiendo de quien mire la dehesa, le encontrará unos problemas u otros; … Se debe de hallar un equilibrio entre todos los factores implicados, económico, social y ambiental, …. En la reunión del día 5 de Marzo, se habló poco de la componente ecológica, biológica y cultural de la dehesa, de la necesidad de mantenerla viva por sí misma. Muchos se lamentaban de los árboles caídos pero nadie habló de la reposición de estas encinas… Aquella noche se respiraba demasiado la palabra ‘subvención’”. Buenos principios e intenciones, pero de ADHESA poco más se ha sabido (por cierto, también se oyeron lamentos por la “injusticia social” que supuso el no haber sido declaradas las dehesas de Los Pedroches Reserva de la Biosfera)
pln