Siempre he sentido una atracción muy especial por el norte y
noroeste de Los Pedroches; es decir, por el río Guadalmez, la sierra de Santa
Eufemia y la alineación montañosa que va hasta la desembocadura del
Guadamatilla en el Zújar (estación de Belalcázar)
Cuando todavía estaba en cuarto de Biológicas, inicié la
preparación de la “tesina” de licenciatura. Tenía claro que lo que me
interesaba investigar tenía que incluir: mamíferos, ecosistemas acuáticos y
relaciones en dichos ecosistemas. En la elección de los lugares donde iba a
iniciar los muestreos, enseguida supe que tenía que estar el río Guadalmez, por
muchos motivos que no vienen al caso aquí. El punto de inicio del muestreo en
este río comenzaba cerca de Santa Eufemia (en el llamado, entonces, badén de la
Perdiguera), y a lo largo del año en que se realizó el estudio de campo, me empecé
a “enamorar” no sólo del río, sino de todo su entorno, de la sierra y del
pueblo. Y hasta ahora. Son muy numerosas las actividades, con Guadamatilla y
con alumnos, en las que estos parajes han sido el objeto de estudio, de
aprendizaje o de entretenimiento. Cuando hemos hecho actividades de senderismo,
muchas veces los participantes han preguntado por los mejores lugares de la
comarca (se entiende que desde el punto de vista natural); siempre en mis
respuestas ha estado la Sierra de Santa Eufemia.
Hace ya algunos años, la Directiva 92/43/CEE (21 de mayo de
1992), de Conservación de los Hábitats Naturales y de la Flora y Fauna
Silvestre, impulsó la creación de la Red Natura 2000, que pretendía garantizar la supervivencia a largo
plazo de las especies y hábitats europeos más valiosos y amenazados. A raíz de
dicha Directiva, los distintos gobiernos empezaron a elaborar sus listas de
posibles lugares a incluir en dicha red. En su elaboración intervinieron
técnicos de las diversas administraciones, científicos, asociaciones,
consultoras medioambientales; en su día se nos requirió (a Guadamatilla) para
que enviásemos una lista de los lugares de Los Pedroches que creíamos debía
incluirse; recuerdo que en ella estaban la Sierra de Santa Eufemia, la zona del
Zújar-Guadamatilla, el río Guadalmez, y los ríos de la cuenca del
Guadalmellato. Pues bien, todas estas zonas, y alguna más de Los Pedroches, fueron
propuestas a la Unión Europea, y en la actualidad figuran como LIC (Lugares de Importancia
Comunitaria) en dicha Red Natura 2000.
Pero ahora se ha dado un paso más, pues a finales del pasado
año, la Junta de Andalucía, elaboró y expuso a información pública el Proyecto de Orden por la que se aprueban, entre
otros, el Plan de Gestión de las Zonas Especiales de Conservación Río Guadalmez
(ES6130004), Sierra de Santa Eufemia (ES6130003).
Es un paso más, pues la diferencia entre las ZEC (Zonas
Especiales de Conservación) y los LIC, es que en las primeras ya es obligatorio
que se desarrollen para ellos medidas de conservación especiales. Según la
directiva antes mencionada, una zona especial de conservación, es un lugar de importancia comunitaria
designado por los Estados miembros mediante un acto reglamentario,
administrativo y/o contractual, en el cual se aplican las medidas de
conservación necesarias para el mantenimiento o el restablecimiento, en un
estado de conservación favorable, de los hábitats naturales y/o de las
poblaciones de las especies para las cuales se haya designado el lugar.
La diferencia y tal declaración es
importante, pues se “sacan” estos espacios de una simple lista y se sientan las
bases para empezar a actuar en ellos.
Pero, es más, hace unos meses también
Santa Eufemia estuvo presente en la decana y más prestigiosa revista dedicada
el estudio y defensa de la naturaleza: Quercus.
En el número 330, apareció un artículo, Santa Eufemia: el monte público que se pudo salvar, escrito por
nuestro paisano Francisco Javier Domínguez, donde nos daba cuenta de la
solución (favorable a Santa Eufemia) a un problema surgido, hace unos doce años, al intentar privatizar unos terrenos de uso comunal, pero que aparecían
escriturados a nombre del antiguo Ministerio de Economía. Cuando surgió el
problema, Guadamatilla denunció la situación en el número 200 (agosto de 2002) de
la misma revista (Quercus) y
mantuvimos reuniones con diversos organismos para tratar de buscar una solución
que ha tardado 12 años en darse.
En definitiva, creo que Los Pedroches
están de enhorabuena. Yo por lo menos, lo estoy.
pln