Este artículo ha salido de mi cabeza al haber presenciado
una extraña e indiscriminada tala o poda de árboles (plataneras), en los alrededores
del recinto ferial. Esta mañana comenzó con la tala (cortar por abajo); esta se
paró y se transformó en poda (¿poda?), indiscriminada y descontrolada a las
plataneras de la ronda de circunvalación e interior del recinto ferial.
Se empezaron a plantar en la década de los 90; creo que hay
más de 400 árboles, aunque quizás sean más; se han ido reponiendo las marras
que ha habido, y ya están casi todos los alcorques plantados y los arboles
agarrados.
A alguien, no pretendo saber a quién, se le ocurre la feliz
idea de cortarlos por abajo, esto se para y se empiezan a podar, no sé con qué
criterios, los que se iban a talar. La poda deja mucho que desear, pues las
ramas capadas se están cortando muy cerca de la cruz, y hay cortes que se han
desgajado; está claro que la gente que lo está haciendo no son profesionales,
pero ellos no tienen la culpa, les han dado una orden y lo han hecho lo mejor
que han podido.
Reflexionemos un poco, ya sé que las plataneras son arboles
caducos que tiran muchas hojas y manchan la calle un montón; pero si la idea de
quitarlos, es para poner otros más pequeños, pondrán aligustres, que es el otro
árbol con más individuos en el pueblo. Los de las bolitas son igual de alergénicos
que las plataneras y en donde están puestos no hay viviendas a las que pudieran
afectar.
Pienso que si tenemos unos árboles ya criados, con un porte
importante, sería más fácil hacer unos alcorques más grandes, en los que una
parte se pudiera mover con piedras o con grava, e intentar mantener una
cantidad de masa vegetal como la que hay, ya que las podas que se han hecho van
a producir la primavera que viene muchísimos varetones. Estos van a salir sin
orden ni concierto y van a producir una gran deformidad al árbol. Esto se
conoce como arbolado urbano o en alineación y todas las ciudades los tienen,
producen sombra, absorben emisiones de anhídrido carbónico y regulan la
temperatura ambiental bajo ellos.
Arturo Casais