martes, 29 de enero de 2013

Las encinas de la vereda de Pozoblanco a Adamuz



Hay cosas que no se entienden, o que por lo menos el común de los mortales no entiende. Cuando se realiza una acción esta debe tener un objetivo, una meta, y para conseguirla se escogen los métodos adecuados para ello.
Si se trata de arreglar un camino, se arregla ese y no otro (elemental), y para ello se emplea la maquinaria y herramientas que permitan hacerlo; a nadie se le ocurre que para arreglar el camino en cuestión se desmonten cercados o portones, si estos no impiden el arreglo o si su derribo no mejora el propio camino.





Pero a alguien sí se le ha ocurrido que para arreglar un camino (que dicho sea de paso, salvo zonas muy concretas, no está en mal estado) haya sido necesario cortar buena parte de las encinas de sus amplias cunetas. Nos estamos refiriendo a un trayecto de unos siete kilómetros de la vía pecuaria denominada “vereda de Pozoblanco a Adamuz”. El desaguisado empieza justo donde el arroyo Santa María cruza esta vía pecuaria y continúa hasta bien pasada la intersección de esta vereda con el camino de “el búho”.
Hace unos días recibimos un correo de un simpatizante alertándonos de que cerca del camino de “el búho” se habían cortado encinas y de que las támaras las estaban echando a las fincas colindantes. Nos comunicaba que según le habían informado eran “los de mancomunidad”.
Fuimos, vimos y nos volvimos (un poco perplejos, eso sí) El camino no se estaba (ni se está) arreglando, pero por las cunetas parecía que había pasado una horda de desaforados ramoneadores; bueno, muy ramoneadores no debían ser, pues, como nos habían dicho, la leña de mayor grosor no estaba y las ramas se las habían “regalado” a los propietarios colindantes.


En el corte de encinas no se observa una pauta concreta, más bien parece que han sido cortadas al tuntún; no parece que se han cortado las que pudieran molestar, las más gruesas o las matas; pues en unas zonas se han eliminado árboles y en otras matas, en otras un poquito de unas y otro poquito de otras, en otras incluso se ha eliminado parte de la copa de encinas que están dentro de una finca y en otras ni se ha tocado ésta. En definitiva: ¿qué se pretendía con esta acción?
El siguiente paso ha sido averiguar quién ha sido el que ha mandado realizar tan magnífica obra. Al estar en el término de Pozoblanco lo inmediato es considerar como responsable al Ayuntamiento de esta localidad, pero nos había informado que habían sido “los de mancomunidad”: ¿era esta la responsable? Por otra parte, se trata de una vía pecuaria y este tipo de caminos son competencia de la Consejería de Medio Ambiente (ahora el nombre es algo más largo, pero lo dejaremos así), así que por ahí empezamos las indagaciones y ahí hemos obtenido la respuesta: Mancomunidad arreglará el camino y el ayuntamiento de Pozoblanco ha mandado “arreglar” las cunetas por su cuenta y riesgo.
En estos caso sólo nos queda desahogarnos con estas líneas, pues como ha ocurrido en ocasiones anteriores, las administraciones no se ocupan (al menos parece que no se ocupan) de estos ¿delitos? Así, ¿en qué ha quedado la alteración del arroyo de la Aliseda que denunciábamos en este blog?, ¿en qué el taller mecánico que se ubica en suelo rústico al lado de la “carretera del Iryda y que denunciábamos en Jaramago?, ¿en qué las alteraciones de cauces y cortes de caminos que hemos comunicado a las autoridades competentes?.
Guadamatilla