Para quitarnos ese mal regusto decidimos, ayer domingo 22, repetir por la tarde parte del recorrido; esta vez, parte en coche y parte andando. En esta ocasión las expectativas no defraudaron: numerosos bandos de grullas, casi todos camino de los dormideros al norte de la cañada, un sinfín de pájaros y, sobre todo, a unos doscientos metros de donde el domingo 15 habíamos empezado la ruta, un bando de 16 AVUTARDAS (levantado a poco más de 30 metros) que nos dejó impresionados.
Como decimos siempre (casi disculpándonos): cuando pretendemos ver animales, dependemos de que se dignen dejarse ver. Pero, seguiremos, que ¡el que la sigue la consigue!
pln