martes, 3 de julio de 2012

El curioso higo


Leía recientemente el artículo de Alejandro Martínez-Abraín, “Conocer, lo que se dice conocer…”, publicado en el número 316 de la revista Quercus. En él me encontré con el siguiente párrafo: Recuerdo el día en que le dije a un buen amigo, acostumbrado a criar higueras desde la infancia, que los higos no son en realidad un fruto sino un conjunto de frutos, una infrutescencia… Esto me recordó instantáneamente también una conversación con un entrañable amigo; la conversación también versó sobre los higos (hay gustos para todo) y comenzó cuando este amigo comentó que las higueras no daban flores. Rápidamente le comenté que si tenía fruto debía haber tenido previamente flor, pues el fruto es un órgano transformado de la flor. Él, cabezón, me retó a que tratara de descubrir las flores de la higuera, y argumentaba que estaba harto de ver higueras y que nunca las había visto con flores. Lo cierto es que, si había visto higueras con higos, forzosamente había visto las flores, o mejor, donde se “esconden” las flores de la higuera.
El higo es un receptáculo carnoso en forma de pera en cuyo extremo hay un pequeño orificio, y en el interior se encuentran las diminutas flores. Lo que comemos es, en realidad, multitud de pequeños frutitos. Volviendo al artículo de Alejandro Martínez-Abraín: Cada uno de esos pequeños granitos que sentimos en la boca al masticarlos (aquenios) son los verdaderos frutos de la higuera, que proceden a su vez de diminutas flores, todos ellos rodeados por una envoltura carnosa…


En el corte se observan las diminutas flores, la mayoría de ellas ya transformadas, o en proceso de transformación, en frutos.
La polinización de la higuera se lleva a cabo por un pequeño insecto himenóptero, Blastophaga psenes, que penetra por el orificio del higo para poner los huevos dentro; al mismo tiempo poliniza las flores femeninas (situadas hacia la parte basal) con el polen de las masculinas (cerca del orificio). En la fotografía puede observar el orificio por el que penetra el insecto.


De higos a brevas, dice el refrán; ello hace referencia a que las higueras pueden dar dos cosechas: la primera, a finales de primavera, da las llamadas brevas y la segunda, a finales de verano, los higos.

pln