miércoles, 1 de agosto de 2012

Cuaderno de campo: las urbanitas


Estamos tan acostumbrados a ver en pueblos y ciudades algunas especies animales, que llegan a pasar desapercibidas; de hecho, hay especies tan ligadas a medios urbanos que es difícil encontrarlas fuera de ellos.
Quién no es capaz de identificar de un simple vistazo a gorriones, golondrinas, vencejos o aviones comunes, salamanquesas, tórtolas turcas, estorninos negros, palomas, etc. En la periferia o en parques y jardines tampoco es difícil ver petirrojos, lavanderas blancas, jilgueros, o carboneros comunes, por ejemplo. También hay especies que, si bien a nivel de grupo las conocemos y observamos habitualmente, nos resulta extremadamente difícil identificar a nivel de especie o de género: los murciélagos.
Pero también hay otros habitantes de los pueblos y ciudades que nos pasan más desapercibidos, por ejemplo algunas rapaces; entre ellas podemos citar al cernícalo primilla (estival) o la lechuza común, menos conspicua que el primero ya que es nocturna (en ocasiones el único indicio que tenemos de ella es una fugaz mancha blanca entre el arbolado de un jardín). Ambas especies pueden detectarse con facilidad por su reclamo: un piar agudo e intermitente en el caso del primilla y un sonido ronco y “quejumbroso” en la lechuza.
Pero, al margen de estas especies “urbanitas”, también podemos observar especies que viven en otros ecosistemas y que, o bien simplemente pasan en vuelo sobre el pueblo o bien comienzan a habitar en la periferia de los pueblos por la extensión (en la mayoría de los casos un tanto incontrolada o anárquica) del casco urbano, que ocupa otrora terrenos agrícolas.
Así por ejemplo, no resulta difícil al levantar la vista (a pesar de que los tiempos que corren nos obligan a llevar la cabeza baja, ensimismados en problemas deudores), observar grupos de buitres leonados, sobre todo, y negros, o bulliciosas bandadas de abejarucos.
Alcaraván
 Desde hace algún tiempo también se puede tener la oportunidad de ver (y, sobre todo, oír al atardecer) alcaravanes y mochuelos comunes en la Avda de la Salchi (Pozoblanco); tampoco es raro oír el monótono reclamo (piu, piu, piu) del autillo o el del chotacabras pardo. Desde hace también un par de años es relativamente frecuente ver varios ejemplares de águilas calzadas cerca del recinto ferial de Pozoblanco, entre otros lugares de la periferia de Pozoblanco. Precisamente, el martes 31 de julio, se pudo observar un águila calzada, parada y en vuelo, en la urbanización del antiguo campo de fútbol de Pozoblanco.
Águila calzada

En los siguientes enlaces podemos encontrar algunos de los sonidos emitidos por aves aquí mencionadas: autillo, mochuelo común, alcaraván, lechuza, abejaruco, chotacabras pardo, cernícalo primilla.

pln